Por casualidad, cayó en mis manos un artículo que explicaba la aventura de María, esposa de José y madre de Jesús, detallando su contexto histórico.

Afirmaba el autor que, en el momento en que es casada con José, probablemente María tendría entre doce y catorce años siguiendo la costumbre del viri potens romano. Es decir, con que pudiera físicamente soportar varón era requisito suficiente para el matrimonio. 

Su padre la había prometido a José, que tenía que ser bastante mayor que ellq si había conseguido reunir el dinero de la dote. Entonces, los novios habían de esperar un año para consumar el matrimonio, pero la preñez de la novia llegó antes de que se cumpliera. De modo que ahí tenemos a lo que consideraríamos hoy una adolescente embarazada antes de consumar el matrimonio, un delito castigado en su tiempo con la muerte por lapidación. En resumen, una historia terrible tanto si la consideramos anacrónicamente, desde la perspectiva de nuestro tiempo, como si lo hacemos con la visión histórica.

Me pregunté si una joven actual, en parecida situación, la afrontaría con igual resignación, o teniendo a su alcance la posibilidad de abortar trataría de recuperar su vida. De esta duda surgió María 2.0.